Descripción
Me contaba Tomás Melendo que desde que ha medio aprendido a tomarse en broma las cosas serias, y más aún las “trágicas”, se divierte un montón y, además, conecta mejor con la gente.
Que, por eso, remedando al Marqués de Bradomín, ha puesto en su perfil de Skype: “calvo, católico y sentimental”, y que le gustaría que en esta contraportada no apareciera ninguna otra cosa.
Este libro es una buena muestra de ese echarle humor a las realidades que hoy en día suelen presentarse como dramáticas: los ataques a la familia, las parejas de hecho, los divorcios express, la des-educación a gran escala, los problemas de género, los niños los niños de 2 años que esclavizan a las pobres madres… que les han enseñado a hacerlo, etc.
Y también es cierto que, con ese enfoque, los argumentos se “pillan” más fácilmente, no se crea mala sangre, el mundo no parece tan desastroso y, sobre todo, uno advierte que, si pone de su parte lo que tiene que poner, dentro de unos años vamos a aburriros porque quedará poco que arreglar.
A mí me anima bastante.
Pilar Hernández, Editora
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